"COMUNICACIÓN"
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"COMUNICACIÓN"

"COMUNICACIÓN"

Para la Masonería institucional, la comunicación primigenia es la simbolizada por el “Verbo” o “Palabra” generadora de cuanto existe.


Se alude así al núcleo duro o clave del universo, interpretable también como la Gran Vibración original en expansión permanente. Vibración implica movimiento, intensidad, cantidad, combinación y, por tanto, Número....


De ahí la evidente conexión entre vida y número que, intuída y propuesta desde la remota antigüedad por pensadores y filósofos, culmina un gigantesco tramo de ese recorrido en el siglo XX con lo que algunos califican como “REVOLUCIÓN NUMÉRICA”, desarrollando técnicas basadas en la aplicación de nuevos panoramas tecnológicos.


En masonería partimos de la premisa de que los símbolos significantes que usamos pueden contener diversos significados admisibles.


Lo hacemos estableciendo la TOLERANCIA como condición indispensable para el desarrollo de la fraternidad, que es NUESTRO OBJETIVO FINAL, aunque de hecho cada momento histórico requiera un esfuerzo liberador de ciertas reticencias socio-culturales.

Por otra parte, la necesidad de utilizar un lenguaje o idioma para conseguir una comunicación efectiva, tiene mucho que ver con el lugar en el que se genera. No se generan términos para cosas que no existen, como sería el término “roble” en el lenguaje de las zonas desérticas...No creo que exponer a personas no iniciadas en masonería nuestro esquema de pensamiento y los fundamentos de nuestro método de trabajo sea tarea fácil sin una ACTUALIZACIÓN del lenguaje a utilizar.

Una vez recibido un mensaje, la interpretación humana y sus condicionantes determinarán el valor significante del mismo. Y al hablar de condicionantes aludimos a la propia naturaleza humana del receptor, a sus condiciones biológicas y a sus capacidades adquiridas.

Como toda institución multisecular, la Masonería ha conocido diversas fases en su desarrollo, tratando de aplicar su metodología a las vicisitudes de la evolución social humana, subrayando siempre la perennidad de los valores esenciales que comunica.


La Arquitectura a la que nos debemos, que es hija de las matemáticas, la geología, la gravedad, la física, la química, la mecánica, etc. (y tambien de una aspiración metafísica o trascendente), se basa en los estudios sobre la naturaleza de los elementos, coordinando y sintetizando una diversidad de artes que los masones seguimos simbolizando aludiendo a un remoto templo de Salomón, sin referencia ilustradora expresa a otras realizaciones ejemplares más próximas a lo largo de la historia.


No hemos de renunciar al simbolismo arquitectónico del templo salomónico tradicional, pero no ignoremos que lo que ilustra no ha de parecer ritualmente comunicado como definitivo ni excluyente...


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