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Masonería - SOL Y LUNA


SOL Y LUNA

Reflexión masónica.


En la metodología ritual masónica, el Sol es el símbolo de la inteligencia y la Luna el de la imaginación.


El sol nos llama al trabajo y es el anuncio del comienzo de la vida y del desarrollo de la Historia, de nuestra historia personal y colectiva….


En aquellas culturas que propugnaron la idea de un dios celeste y único, éste era raramente objeto de figuración antropomórfica por tratarse de una noción abstracta que expresaba un principio metafísico.


En estos ámbitos se representaba al Sol como símbolo de una presencia “divina”.


Así surgió el monoteísmo místico del Moisés bíblico, emparentado con el culto al dios único en tiempos del egipcio Amenofis IV.

Como nos comentaba un querido maestro masón, el Sol está manifestando la inteligencia, la autoridad, el orden y el poder de un sistema. Sólo la ciencia y la filosofía han podido despojar al astro rey de su tinte religioso.


En sí mismo, ha venido representando una experiencia primordial de la humanidad, la profunda convicción de la existencia de un “ordo o sistema universal” que regula lo real. Realidad a la cual pertenecemos y, por ello, ese orden es parte de nuestra propia identidad.


Actualmente, la palabra inteligencia se usa en sentido psicológico, denotando cierta facultad o función intelectual, desapareciendo el sentido metafísico del vocablo. Poseer inteligencia es “poseer una sustancialidad consistente en aprehender y entender la realidad”.


La luna, el otro gran símbolo de nuestro método ritual, expresa lo intuitivo, es decir, la imaginación.


Por tanto, encontramos en la metodología masónica dos dimensiones diferentes y complementarias, el sol y la luna, que en la cultura taoísta tradicional expresaron un universo distribuido en dos categorías: el Yang o principio masculino, y el Yin, principio femenino. Sur y Norte, Negro y Blanco…,todo en un mismo universo.


<< En el proceso del trabajo masónico, han de estar presentes dos aptitudes fundamentales: la inteligencia , como capacidad de entender la realidad, y la imaginación, como capacidad generadora. Debemos superar una cultura excesivamente intelectual, repetitiva y especulativa, abriendo paso a la imaginación. Esta ha sido la reivindicación más significativa del pensamiento del siglo XX.>>




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