La Geometría en la Cultura Masónica: El legado de Daniel Bérésniak
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La Geometría en la Cultura Masónica: El legado de Daniel Bérésniak

La importancia de la Geometría en la masonería según Daniel Bérésniak


LA GEOMETRÍA DE NUESTRO BÉRÉSNIAK:

(Cultura masónica)


En 1992 me llamó la atención el título de un libro de nuestro Muy Ilustre Hermano Daniel Bérésniak que me recomendaron en París, durante mi primera visita a la Gran Logia de Francia : “Le ‘GAI SAVOIR’ des bâtisseurs” (“El ‘alegre saber’ de los constructores”).


Friedrich Nietzsche había publicado, unos cien años antes, su “Die fröhliche Wissenschaft” (“LA ALEGRE CIENCIA”) - que poco después figuró como prefacio de su “Así habló Zaratustra” - refiriéndose a la antigua expresión provenzal “gai saber” (alegre saber o GAIA SCIENZA), con la que tradicionalmente se aludía al conocimiento y utilización de las técnicas de construcción poética de los JUBILOSOS trovadores medievales: el arte de un bienhacer poético mediante metros y rimas creadores de armonía…


Toda la obra que Daniel Bérésniak nos legó se halla condensada con especial fuerza y vigor en “El alegre saber de los constructores”, a mi juicio el pequeño-gran libro emblemático de aquel querido y prolífico Hermano, que pasó al Oriente Eterno en 2005 dejando tras de sí uno de los más notables testimonios de laboriosidad masónica del siglo XX.

La actividad del “GAI SABER” de los masones a la que se refiere abarca una diversidad de oficios y de oficiantes implicados en la CONSTRUCCIÓN. Bérésniak nos presenta, desde el primer capítulo de su pequeño y denso libro, la vinculación del quehacer de los masones constructores medievales, en sus dimensiones técnica y simbólica, con el conocimiento de las ciencias y las artes tal como se recogía en los viejos manuscritos de las primitivas logias de los constructores edilicios.


Subraya nuestro autor una advertencia fundamental frecuentemente reiterada en aquellos viejos textos:

“Os encarezco que tengais presente que todas las ciencias se hallan contenidas en la Geometría, porque ésta enseña a distribuir y medir la importancia y el peso de todas las cosas que debeis conocer de la Tierra. Ni la Gramática, ni la Lógica, ni ninguna de las ciencias puede subsistir sin la Geometría” .


La GEOMETRÍA no sería una ciencia más, sino el sistema de referencia en el que habrían de basarse todas las iniciativas “intelectuales, morales y espirituales” de aquellos constructores.


Bérésniak sostiene que esta definición será escamoteada por los diseñadores de la masonería especulativa de los siglos XVIII y XIX, para los que la geometría vendría a ser sólo uno de los significados posibles de la simbólica letra “G” que figura en nuestras logias, respetando con ello el concepto jerarquizado y autoritario del conocimiento tradicionalmente imperante, frente a lo que los masones de nuestro tiempo entendemos como “ESPÍRITU CIENTÍFICO”.

Esta observación recuerda la veta nietzscheana que aflora a menudo en Bérésniak, sobre todo cuando añade: “la geometría enseña que la confianza y la sumisión no son virtudes, sino más bien lo contrario”.


O, con palabras del mismo Nietzsche: “Se recompensa mal a un maestro si se permanece siempre discípulo”.

Las falsas ciencias son, para ambos pensadores, “aquéllas que proponen sistemas ‘coherentes’, con visiones generales del mundo en las que todo encaja ‘como es debido’, a condición de que se acepten sin discusión determinadas afirmaciones presentadas como dogmas”.

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