REFLEXIÓN
(¿COLOFÓN VERANIEGO?)
Si en el lenguaje común lo simbólico es lo que sustituye a la realidad, para las ciencias sociales EL SÍMBOLO ES MÁS REAL QUE LA REALIDAD MISMA…
Durante el siglo XX, la naturaleza simbólica de la realidad social ha venido siendo ampliamente reconocida, convirtiéndose en tema central para importantes escuelas - como la psicoanalítica representada por Lecan - o como el estructuralismo antropológico de Lévy-Strauss), dando pie a múltiples debates sobre la supuesta pérdida de los llamados “referentes simbólicos” al tratar de temas bioéticos como el de la reproducción asistida, la clonación humana, la “realidad virtual” o incluso el matrimonio homosexual.
Debates, todos ellos, vinculados con diferentes acepciones de la noción de simbolismo en la que convergen determinados conceptos de “lo sagrado”, procedentes de la religión o del imaginario colectivo de los grupos sociales, que pasaron luego a la filosofía y a la sociología para ser gradualmente enclaustrados en la etnología, en el psicoanálisis y en determinados sectores de la literatura y el arte modernos. De modo que ese simbolismo “en conserva” se ha convertido en algo ininteligible, vinculable a discreción con cualquier forma de oscurantismo, olvidando que los humanos se han integrado y se integran socialmente sólo a través de símbolos, de los que el más señero es la PALABRA.
Por otra parte, el hombre de nuestro tiempo, menos acuciado por su supervivencia física diaria que lo estuvo en otros momentos de su evolución, tiende a plasmar en construcciones simbólicas culturales una diversidad de expresiones sofisticadas del instinto de conservación, que nunca la ha abandonado, con las que subraya su autoestima personal. Y por ser EL LENGUAJE, por excelencia, el elemento vinculador y diferenciador de las relaciones humanas, se ha dicho que el inconsciente se halla estructurado como un lenguaje que tiene papel fundamental en el funcionamiento de nuestra psique.
Decía nuestro Oswald Wirth que << la masonería propiamente dicha requiere la práctica fiel de los ritos tradicionales, pero buscando su significado. Porque no se debe ser esclavo de las tradiciones ritualísticas.... sino practicar la letra desvelando su espíritu.
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