EL JANO DE SAN JUAN
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EL JANO DE SAN JUAN

EL JANO DE SAN JUAN


Recuerdo con nostalgia las tradicionales “hogueras de San Juan”, en las que se quemaba, en las calles de ciudades y pueblos mediterráneos, todo aquello que había dejado de ser útil expresando con ello (más o menos conscientemente) un propósito de renovación…


Ocurría eso coincidiendo con el solsticio de verano.


Los solsticios son los dos momentos del año en los que la Tierra se encuentra más separada del Sol al recorrer su órbita y por ello, aparentemente, el sol se mantiene durante días casi inmóvil; de ahí el nombre de "solsticio", que significa en latín "Sol estático”.


En la antigua Roma se rendía culto especial al dios Jano, representado siempre como un ser bifronte, es decir con dos caras unidas y opuestas entre sí (presente y futuro), coronadas por la luna creciente, símbolo de lo mutable y perfeccionable.


Jano simbolizaba al iniciador, al que abre las puertas, aquel a quien se dedicaba el mes de enero (o janero) con el que comenzaba el año avanzando gradualmente hacia la plenitud estival…para proseguir su ciclo descendiendo hacia las tinieblas invernales de diciembre.

Simbólicamente, en el solsticio de verano, que se produce del 21 al 22 de junio, la Luz triunfa finalmente sobre las tinieblas.


No es extraño, pues, que estemos ante noches mágicas en buena parte del mundo…


A los solsticios se les llamó también en la Antigüedad las PUERTAS: las “Ianua coelli y Ianua inferni”, puertas del cielo y del infierno que daban paso a cambios importantes en la Naturaleza.


Juan el Bautista y Juan Evangelista son los patronos simbólicos de la Masonería filosófica o neomasonería por haberlo sido antes de los gremios de canteros cristianos medievales, a su vez herederos de los obreros romanos agrupados en los “Oficia fabrorum”; de ahí que a nuestros talleres se les llame “logias de San Juan”.


El nombre hebreo “Yojan” significa “el iluminado”, el iniciado.


En el mundo católico se celebran sus festividades el 24 de junio y el 27 de diciembre, respectivamente, y se corresponden con las celebraciones masónicas de San Juan de Verano y San Juan de Invierno, que coinciden claramente con los solsticios o, lo que es lo mismo, con las fiestas planetarias de la luz.


Juan el Bautista simboliza el masón en expansión y en comunión con todo lo existente, como el verano es la explosión de la luz, del fuego y de la vida que fructifica…


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