CULTURA MASÓNICA
UN ¨ALTO GRADO¨ DE ANTOLOGIA: ¨PACIFICADOR AMERICANO, PRINCIPE DE LOS TROPICOS”, GRADO 34º.
Nos dice el historiador masón Pierre Mollier (¨Santo Domingo o historia de sus revoluciones¨) que el Santo Domingo del siglo XVIII, antepasado del Haití que hoy es casi el país más pobre del mundo, era centro antillano de un comercio internacional superior al de Estados Unidos, con una red de plantaciones basada en la labor de 500.000 esclavos, productores de azúcar y café. La isla entera (La Española) fue cedida a Francia por el tratado de Basilea, firmado en 1795 por Carlos IV con la Convención revolucionaria francesa. A cambio de esa cesión los franceses desocuparon Cataluña...y el bueno de Manuel Godoy, gestor del tratado, recibió el título de `Príncipe de la Paz`.
En torno a un millón de personas vivían y trabajaban en Francia de las riquezas producidas en Santo Domingo. Ya antes de la Revolución existían en la parte francesa de La Española (Haití) unas veinte logias integradas totalmente (salvo alguna excepción) por colonos blancos, la mayor parte de los cuales hubieron de exiliarse tras la sublevación de los esclavos y la proclamación de su ajetreada independencia. El caso que nos es más conocido es el de Alejandro-Augusto de Grasse, marqués de Tilly, uno de los padres del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, propietario de varias plantaciones haitianas, que se refugió en Estados Unidos, donde su padre había luchado junto a los independentistas norteamericanos.
Varios millares de antiguos colonos de Haití llegaron a París en 1804; entre ellos muchos masones que formaron el primer núcleo de practicantes del nuevo método masónico escocés de 33 grados, que se había consolidado en Estados Unidos en 1801 y de cuyo Supremo Consejo era miembro Augusto de Grasse, también retornado a Francia, donde creó aquel mismo año un primer Supremo Consejo galo.
En el Supremo Consejo de Grasse-Tilly sólo quedaba, en 1813, un antiguo colono ahitiano: el Hermano Germain Hacquet. Parece ser que los exiliados se sentían pospuestos y algunos propusieron la creación de un ¨Supremo Consejo de Santo Domingo en el exilio¨. De hecho, lo fundaron el 12 de enero de 1813 añadiendo a la escala gradual un grado más: ¨La Orden Ilustre y Militar de los Pacificadores Americanos Caballeros-Príncipes de los Trópicos¨ (nada menos...).
El inspirador de aquella deriva fue precisamente el Hermano La Hogue, suegro de Augusto de Grasse-Tilly. El propósito de los ¨pacificadores¨ era la reconquista de Santo Domingo y el restablecimiento del orden colonial, por lo que cada Príncipe-Caballero Pacificador ostentaría el grado militar de coronel y se ornaría con una banda negra, con 99 estrellas bordadas, ribeteada de rojo y plata...La palabra de paso (contraseña) sería ¨Haiti¨ y la respuesta ¨1813¨.
<< Afortunadamente para la historia de la humanidad y probablemente para ellos, los Pacificadores Americanos Caballeros-Príncipes de los Trópicos, nunca abandonaron París y se contentaron con reunirse en Consejo (decorados con sus vistosos distintivos) para recordar su juventud perdida en la perla de las Antillas. Tras haber Pasado todos al Oriente Eterno, el grado 34º desapareció en las tinieblas del olvido >>.
Reflexión personal: nuestros añorados antepasados simbólicos, los masones-constructores operativos, Aprendices, Compañeros y Maestros del Arte de Geometría, se quedarían pasmados...
@ Amando Hurtado | Artigo